Primavera
Está tímida la lluvia aquí, en Poyales del Hoyo.
Caen como lagrimitas de boquerón que parece que ni mojan, aunque en la calle, si miras al cielo con los ojos cerrados, sientes de lleno el universo regándote la sonrisa.
Estoy loco por espiar desde la ventana a los charcos cerrando poros de la tierra seca. Tengo muchas ganas de que el agua de nube inunde de besos las raíces de mis árboles, a las que no llegan mis labios.
Este verano, si mi deseo se cumple, solo tendré que estirar la mano para llenarme la boca de miel de manzana, dulce de higos, y del almíbar que brota de mi madera viva en todas sus formas. Gracias primavera, por destaparte de nuevo con el más colorido de tus vestidos, como en el pase de modelos de transparencias con que siempre me deslumbras. Gracias vida por convencer un año más a la primavera para dejarse acariciar por nuestra mirada, la de todos.