Hablando claro
Estimados políticos...no, no, espera, que he empezado mal.
Gentuza que hacéis las leyes, malnacidos y descerebrados inútiles de traje caro, señores excremento, mafiosos y nauseabundos que enfermáis a la justicia, entontecidos poderosos de abultada barriga:
Vuestro pretendido suicidio a lomos de un medioambiente tocado de muerte no es mi elección. Si queréis moriros, pedid un arma a cualquiera de esos bandoleros de uniforme que os defienden y volaos la tapa de vuestros sesos podridos. Vosotros solos, en la intimidad de esos hogares que con tanto esfuerzo os pagamos. Ya limpiaremos después.
Porque EL SOL ES NUESTRO. Nadie puede lucrarse con su luz como si el cielo tuviera un precio ¿Cómo osáis, necios de hospital psiquiátrico, especular con la energía que se nos regala por haber nacido? ¿Os creéis dueños del universo? Queréis cobrarnos dinero por autoabastecernos de la energía celestial, pero ¡¡quién os habéis creído que sois cuadrilla de peleles!!
Vosotros, mierdecillas políticuchos y representantes de la corrupción más repugnante, sobrevivís parasitando esta sociedad con nuestro permiso ¿Pero todo os parece poco verdad? Queréis más, siempre queréis más. ¿Pensáis también cobrarnos por respirar el aire o por mojarnos con el agua del mar? ¿Nos vais a cobrar por pisar el campo o mirar a las montañas? ¿Tendremos que pagar por cada gota de lluvia que moje nuestra sonrisa?
Es demencial poner precio a una solución contra el deterioro planetario. Cobrar dinero bajo amenazas a quienes intentamos evitar la destrucción del mundo entero, es un disparate y el peor de los terrorismos. Porque no habrá donde esconderse cuando la naturaleza ya no sea capaz de sanar el profundo daño al que la estamos sometiendo. Estoy hablando de una destrucción sin parangón, que arrasará la civilización entera.
Pero es mejor callarse o vuestra ley mordaza nos dejará sin casa. Más nos vale acatar vuestra locura o seremos castigados con esas sanciones dolorosas que nadie quiere, pero de las que vosotros os libráis gracias a los detestables aforamientos con los que protegéis vuestra enajenación.
A los responsables de este indecente y cruel asesinato en masa os digo, no puedo hacer nada porque tenéis la sartén por el mango...de momento. Pero mientras hiervo en las humeantes leyes con que pretendéis sofreír mi futuro, no me callo como un cangrejo de río cocinado vivo, sino que ¡ME CAGO EN VUESTRA PUTA MADRE Y EN LAS GENERACIONES POSTERIORES QUE TRAIGAIS AL MUNDO!